Manutención del cónyuge
La corte tiene en cuenta 3 preguntas claves para decidir si usted o su cónyuge debería recibir manutención del cónyuge. ¿Cuánto tiempo estuvieron casados? ¿Cualquiera de los dos necesita manutención del cónyuge? ¿Cualquiera de los dos tiene los recursos como para pagarla?
La manutención del cónyuge es el dinero que un cónyuge le paga al otro después de que decidieron dar por terminado su matrimonio.
En otros estados, esto se puede llamar “pensión alimenticia” (alimony, en inglés) o “mantenimiento”. Es para ayudarle a tener un buen punto de partida y mantener el estándar de vida que tenía durante el matrimonio. Esto será importante si usted no se puede mantener a sí mismo o a sus hijos sin los ingresos del cónyuge.
Si cree que debería recibir manutención del cónyuge pero no se puede poner de acuerdo con su cónyuge en el monto de la manutención, consiga un abogado para que lo ayude.
Como muchos otros asuntos que se tienen que decidir cuando termina un matrimonio, la manutención del cónyuge es algo que puede definir en su documentación de disolución o solicitar en las órdenes temporales de divorcio. Usted también puede recomendar un monto en particular durante el proceso de audiencias de divorcio.
La corte tendrá que aprobar cualquier propuesta que usted haga. Así que tendrá que presentar buenas razones para justificar su reclamo de manutención del cónyuge.
Si usted y su cónyuge no se pueden poner de acuerdo, la corte decidirá un monto que sea justo para ambos.
La corte tendrá que analizar una serie de cuestiones, pero hay tres preguntas claves para determinar la manutención del cónyuge:
- ¿Cuánto tiempo duró el matrimonio?
- ¿Su cónyuge tiene recursos para pagar la manutención?
- ¿Cuánto dinero realmente necesita para vivir con la misma comodidad que cuando estaba casado?
Cuando la corte toma una decisión sobre la manutención del cónyuge, dirá cuánto dinero usted o su cónyuge tendrá que pagar y por cuánto tiempo. Por ejemplo: $200 por mes por 2 años, $500 por mes por un año, etc.
La corte analizará los hechos y dictará una orden “justa y equitativa” para ambos cónyuges en función de la duración de su matrimonio, la necesidad del cónyuge beneficiario y la capacidad del otro cónyuge para pagar.